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El debate público

Constitución vs. contaminación

María Marván Laborde

Excélsior

26/05/2016

El martes 24 a las cuatro de la tarde se declara que otra vez estamos en contingencia fase uno. Calidad del aire, ¡del nabo! El miércoles: doble Hoy No Circula. Es necesario retirar el 40% de los automóviles privados. Inesperadamente llega Tláloc al Valle del Anáhuac. ¡Nos salvamos! Regresamos al Hoy No Circula “normal”.

Mientras la radio anunciaba el doble Hoy No Circula, escuchamos intermitentemente spots sobre el proceso constituyente de la Ciudad de México. Partidos y candidatos independientes nos aseguran que en el otrora Distrito Federal hemos vivido en el caos.

Debido a que carecemos de una Constitución, no tenemos los mismos derechos que los ciudadanos de Veracruz, Tamaulipas o Chihuahua. Allá y acullá los gobiernos han sido buenos porque los ciudadanos gozan de plenas garantías, tienen funcionarios probos controlados por la oposición.

Hace casi dos décadas elegimos al primer jefe de Gobierno, desde entonces el PRD ha estado en el poder, sólo hasta ahora se percatan del desastre. Sus 19 años como partido hegemónico han sido de anarquía y violación a los derechos humanos no reconocidos en la capital.

La débil oposición no puede hacer nada en contra de la corrupción de los delegados y la ineficiencia de los gobiernos delegacionales porque no está representada. ¡Qué diferencia con los municipios de Cuernavaca, Ecatepec o  Puebla! Todos transparencia y pulcritud.

Pero existe un rayito de esperanza, estamos en posibilidad de salir del hobbesiano estado de naturaleza. Los chilangos tenemos la oportunidad de votar para elegir sólo a una parte de la Asamblea Constituyente porque los políticos de siempre hicieron reglas a su gusto: 40% de los constituyentes es designado, es decir, impuesto; 60% será votado por ciudadanos indefensos del antiguo Distrito Federal. Los asambleístas impuestos tienen poder de veto sobre los elegidos. Los constituyentes, en pleno ejercicio de su poder, podrán retocar el borrador elaborado por Miguel Ángel Mancera. No se someterá a refrendo popular. Es tan democrático el proceso que no hacen falta más comentarios.

La constitución estará concluida el 31 de enero de 2017 y si usted cree que será promulgada el 5 de febrero, día del centenario de la Constitución de 1917, es sólo porque es muy perspicaz. No se tratará del (re)lanzamiento de una candidatura presidencial ahogada en esmog, será un acto civilizatorio para esta jungla de cemento en la que, hasta hoy, milagrosamente hemos sobrevivido.

Podemos estar seguros de que la Constitución de la Ciudad de México  desarrollará al máximo nuestras garantías individuales, hoy llamadas derechos fundamentales. Imaginemos diversos contenidos y posibles redacciones:

Título 4º : Derecho a la salud. Art. 423 Todos los habitantes de la Ciudad de México tienen derecho a respirar aire puro. Art. 436 Tendrán derecho a que el ozono sea eliminado del aire de la CDMX. Art. 452 Queda estrictamente prohibido que existan partículas suspendidas en la atmósfera.

Título 6º Derecho a la información. Art. 697 El gobierno deberá publicar en internet, al menos con 48 horas de anticipación, si habrá contingencia.

Título 11º Libertad de tránsito. Art. 1109 Se restablece el derecho a usar automóviles particulares todos los días a cualquier hora (24/7). Art. 1154 Todos tienen derecho a una verificación justa y acceso a un verificentro libre de corrupción. Art. 1172 Para garantizar plenamente el libre tránsito en la Ciudad esta Constitución garantiza el derecho al transporte público digno, eficiente y eléctrico (previo voto por el partido que sí cumple) Art. 1188 El libre tránsito no se inhibe por el derecho a marchas y bloqueos.

Título 41º  Derechos electorales y consagración de los partidos políticos. Art. 4100 Los ciudadanos tienen derecho al voto libre, secreto e informado Art. 4156 En caso de decidirlo libremente, podrán intercambiar su voto por un tinaco negro o frijol sin gorgojo. Art. 4164 También son válidas tarjetas Platinum, Soriana o Monex. Art. 4198 Se incrementará tanto la burocracia como el número de alcaldías para mantener mayor oposición (sic).

Si crees que la Constitución de la Ciudad de México puede garantizarte todo esto, ¡anda a votar el próximo 5 de junio!