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El debate público

El panteón de López Obrador

 

 

 

Raúl Trejo Delarbre

La Crónica

09/07/2018

 

Panteón. 2. Conjunto de divinidades de una
religión o de un pueblo. “El panteón griego”
(Diccionario de la RAE).

Cada quien tiene sus íconos. Somos lo que somos gracias a lo que hacemos pero, también, por las identidades que construimos. Andrés Manuel López Obrador tiene una biografía política harto conocida, que acota cada una de sus declaraciones y promesas. Además quiere ser identificado como transformador de la patria y en ese afán equipara a su movimiento con la Independencia, la Reforma y la Revolución. Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Francisco I. Madero son sus figuras tutelares o, acaso, los personajes en quienes busca cobijarse. Con frecuencia menciona también a Lázaro Cárdenas.

La desmesura de esa comparación da cuenta del cambio mayúsculo que quiere encabezar el ganador de la elección presidencial pero, también, de una inquietante tendencia a la megalomanía. El resultado de la elección, en donde la mayor parte de los ciudadanos lo respaldó irrestrictamente, refuerza la posibilidad de una excesiva concentración de poder en una sola persona.

López Obrador tiene otras referencias históricas. El panteón del presidente electo está poblado por dirigentes sociales y políticos que fueron perseguidos o que contribuyeron a crear las instituciones democráticas que hoy tenemos. En su discurso del 27 de junio en el Estadio Azteca, al finalizar su campaña, López Obrador dijo que recuerda “con admiración y respeto a quienes han participado a lo largo de los años en movimientos sociales y políticos: campesinos, obreros, estudiantes, maestros, médicos, ferrocarrileros, y defensores de derechos humanos y de otras causas. Aquí destaco la participación de los jóvenes del 68…” A continuación mencionó a una docena de “dirigentes”. Es pertinente detenernos en cada uno de ellos porque son referencias que a López Obrador le ha interesado destacar pero, también, porque no todos conocen de quiénes se trata. Los mencionamos, con sus nombres completos, en el orden en que fueron aludidos en ese discurso.

Valentín Campa Salazar. Fue destacado y terco dirigente del Partido Comunista Mexicano al que se adhirió cuando tenía 17 años, en 1921. En 1936 participó en la formación de la CTM y fue dirigente en el Sindicato Ferrocarrilero. En 1959 fue encarcelado, cuando era uno de los líderes de la huelga ferroviaria. Estuvo preso más de once años. En 1976 fue candidato presidencial por el PCM, que no tenía registro como partido. En 1979 fue diputado federal por la Coalición de Izquierda que encabezaba el Partido Comunista. Murió en 1999, a los 95 años.

Demetrio Vallejo Martínez. Fue el dirigente más importante en el movimiento ferrocarrilero que en 1958 logró democratizar ese sindicato y que al año siguiente fue desbaratado por el gobierno, cuando estalló una huelga. En marzo de 1959, cuando tenía 48 años, fue encarcelado. Estuvo en prisión hasta julio de 1970. Al salir de  la cárcel participa en la creación, con Heberto Castillo, del Partido Mexicano de los Trabajadores. Lo expulsan del PMT y más tarde se adhiere al Partido Socialista Unificado de México por el cual es electo diputado federal en 1985. Sin embargo muere a fines de ese año, cuando tenía 75.

Rubén Jaramillo Ménez. Nació con el siglo XX y, muy joven, participó con las fuerzas zapatistas. Dirigió la Unión de Productores de Caña y en los años 40 fundó el Partido Agrario Morelense. Fue candidato a gobernador de Morelos en 1952 como parte del movimiento que respaldaba al general Miguel Henríquez Guzmán para la Presidencia de la República. Perseguido y amenazado, nunca dejó la defensa de los campesinos de Morelos. El 23 de mayo de 1962, Rubén Jaramillo, su esposa embarazada y sus tres hijos fueron secuestrados por elementos del Ejército. Aparecieron asesinados en Xochicalco.

Othón Salazar Ramírez. Fue el dirigente más notorio del movimiento magisterial que a fines de los años 50 pugnó por la renovación del SNTE. Participa en la creación del Movimiento Revolucionario del Magisterio y en junio de 1958 es electo secretario general de la Sección IX del sindicato, en la Ciudad de México. En septiembre de ese año es encarcelado. Poco después le quitan su plaza como profesor, la cual nunca recuperó. Al salir de prisión respaldó al Partido Comunista por el cual fue diputado federal en 1979. Estuvo en el PSUM, el PMS y el PRD, pero su interés principal a partir de los años 80 fue la defensa de los pobres en su natal Alcozauca, en la Montaña de Guerrero, en donde fue presidente municipal. En 1988 Othón Salazar renunció al PRD que era dirigido por Andrés Manuel López Obrador

Alejandro Gascón Mercado. Desde muy joven fue seguidor de Vicente Lombardo Toledano, del cual fue secretario entre 1961 y 1967. Presidente municipal de Tepic en 1971, en 1975 fue candidato a gobernador de Nayarit por el Partido Popular Socialista. Aunque había indicios de que Gascón ganó esa elección el dirigente nacional del PPS, Jorge Cruickshank, negoció ese triunfo a cambio de una senaduría. Gascón culpó de esa maniobra al entonces presidente nacional del PRI, Porfirio Muñoz Ledo. Rompió con el PPS y creó el Partido del Pueblo Mexicano que en 1981 se fusionó con otras organizaciones para formar el PSUM de cuya dirección nacional formó parte. Murió en 2005, a los 73 años.

Heberto Castillo Martínez. Ingeniero civil creador de un ingenioso sistema constructivo, profesor universitario, estuvo encarcelado dos años por su destacada participación en el movimiento estudiantil de 1968. Al salir de la prisión de Lecumberri inició un proceso de organización que desembocó en 1974 en la creación del Partido Mexicano de los Trabajadores. Diputado federal en 1985, más tarde se sumó a la creación del Partido Mexicano Socialista que lo hizo candidato presidencial para la elección de 1988. Declinó a esa postulación para respaldar a Cuauhtémoc Cárdenas. Colaborador de numerosas publicaciones y senador por Veracruz, falleció en 1997 a los 68 años.

Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Al menos durante dos décadas fue miembro del PRI. Fue Senador en 1976 y, en 1980, gobernador de Michoacán. En 1987, a los 53 años, renunció al PRI. Fue candidato presidencial en 1988 respaldado por el Frente Democrático Nacional,  formado por una variada coalición de partidos. En 1989 participó en la fundación del Partido de la Revolución Democrática del que fue presidente nacional en 1993. Candidato presidencial de nuevo en 1994 y 2000, fue electo jefe de Gobierno del Distrito Federal en 1997. Tiene 84 años.

Salvador Nava Martínez. Médico oftalmólogo, en 1958 ganó la presidencia municipal de San Luis Potosí como candidato independiente. Dos años más tarde buscó la gubernatura de ese estado y fue encarcelado en dos ocasiones. En 1981 fundó el Frente Cívico Potosino, ganó nuevamente la presidencia municipal y diez años más tarde se postuló otra vez para gobernador ahora respaldado por PAN, PRD y el Partido Demócrata Mexicano. Como el resultado oficial le fue adverso, Nava encabezó un movimiento que propició la renuncia del gobernador electo, Fausto Zapata. Nava murió en 1992, a los 78 años.

Manuel Clouthier del Rincón. Ingeniero agrónomo, fue dirigente de los agricultores de Culiacán y presidente nacional del Consejo Coordinador Empresarial y de la Confederación Patronal de la República Mexicana. En 1986 fue candidato del PAN al gobierno de Sinaloa y, en 1988, a la Presidencia de la República. Murió en octubre de 1989, a los 55 años, en un accidente de carretera.

Porfirio Muñoz Ledo. Abogado, ha ocupado posiciones de gobierno y legislativas desde hace más de medio siglo. Ha sido secretario general del IMSS, subsecretario de la Presidencia, secretario del Trabajo, de Educación Pública, presidente nacional del PRI, embajador en la ONU, ante la UNESCO y la Unión Europea, senador, diputado federal en varias ocasiones, candidato al gobierno de Guanajuato, candidato por el PARM a la presidencia de la República (2000). En 1986 formó parte de los priistas que crearon la Corriente Democrática y luego el FDN. Cofundador del PRD,  del cual fue presidente. En 2016 coordinó la redacción de la Constitución de la ciudad de México. Será diputado federal por Morena. Dentro de dos semanas cumplirá 85 años.

Ifigenia Martínez Hernández fue directora de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM a fines de los años 60. Consultora en dependencias públicas y organismos internacionales, fue diputada federal por el PRI y representante alterna ante la ONU. Formó parte de la Corriente Democrática que rompió con el PRI, luego fue senadora por el PRD y, de nuevo, diputada federal. Aunque apenas hace dos semanas renunció al PRD, será senadora por Morena. Tiene 93 años.

Rosario Ibarra de Piedra. Se involucra en política cuando en 1975 su hijo Jesús Piedra Ibarra, acusado de ser miembro de la Liga Comunista 23 de septiembre, desaparece después de haber sido detenido por la policía judicial de Nuevo León. Creó el Comité pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos y el Frente Nacional contra la Represión. Encabezó varias huelgas de hambre. En 1982, con el respaldo del Partido Revolucionario de los Trabajadores, fue la primera candidata mujer a la presidencia de la República. Diputada federal en 1985, tres años más tarde nuevamente fue candidata presidencial. Senadora a partir de 2006 por el PRD y luego por el Partido del Trabajo. López Obrador dijo que votó por ella en la reciente elección presidencial. Tiene 91 años.

Esos son los personajes de la historia política reciente por los cuales López Obrador tiene especial aprecio. El hecho de que los mencione no implica que los quiera imitar. Entre ellos hay trayectorias e ideologías diferentes –incluso varios tuvieron desacuerdos personales y políticos–. Varios de ellos, pero no todos, son parte de la historia de las izquierdas mexicanas.

De esos doce personajes, cuatro viven (la maestra Martínez, doña Rosario Ibarra, Cárdenas y Muñoz Ledo). Seis de ellos padecieron prisión (Campa, Vallejo, Salazar, Jaramillo, Nava, Castillo). Uno, Jaramillo, fue asesinado.

Cinco de ellos (Campa, Vallejo, Jaramillo, Salazar, Nava) fueron perseguidos por el gobierno del presidente Adolfo López Mateos. Otro más (Heberto Castillo) por el de Gustavo Díaz Ordaz.

De esos doce mexicanos, tres fueron militantes del PRI (Cárdenas, Martínez, Muñoz Ledo). Dos más, formaron parte de la derecha organizada (Clouthier, Nava). Otro estuvo en grupos independientes (Jaramillo). Los seis restantes tuvieron militancia de izquierda (Campa, Vallejo, Salazar, Gascón, Castillo, Ibarra).

Los doce, en uno u otro momento, apostaron a la vía electoral para hacer política.