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El debate público

Justicia en el trabajo

Sergio López Ayllón

El Universal

23/01/2015

El día de ayer tuvo lugar en Aguascalientes el primero de los seis foros temáticos sobre justicia cotidiana. Es un ejercicio que convoca a la experiencia y el saber de expertos que provienen de muy diferentes horizontes; que busca ser empático y asertivo con los problemas cotidianos, para reflexionar a partir de ellos y aportar recomendaciones concretas que mejoren el acceso a la justicia en nuestro país.
El tema del primer foro fue la justicia laboral. En él, escuchamos los testimonios de muchos para quienes el sistema de justicia ha sido lento, costoso, poco conveniente e ineficaz y que lo compartieron en la página justiciacotidiana.mx. Un trabajador que, tras muchos años de litigio, aún no logra que el patrón le pague lo que el tribunal determinó que le corresponde por su despido injustificado; una empleada doméstica sin prestaciones laborales que debía dejar amarrado a su hijo para poder ir a trabajar; un albañil a quien su empleador no le quiso pagar los gastos derivados de un accidente de trabajo bajo el argumento de que no tenía contrato alguno.
Estas y muchas otras historias suceden todos los días y son muestra palpable de que nuestro actual sistema de justicia laboral no es capaz de cumplir cabalmente con los propósitos para los que fue creado. Cierto, la reciente reforma laboral fue un avance y tiene aspectos positivos que deben reconocerse, sin embargo urge acelerar su implementación para que puedan verse sus resultados concretos, en especial respecto del fortalecimiento de los mecanismos de conciliación y los tiempos de los procedimientos laborales.
Más allá de esto, los expertos identificaron algunos problemas que se generan por las condiciones de operación de las Juntas y de los recursos humanos con los que cuentan. Urge avanzar en un diseño institucional que, sin modificar su naturaleza tripartita, les dé mayor autonomía e imparcialidad, permita la profesionalización de su personal, mejore sus sistemas de gestión y elimine de su competencia muchas tareas que son meramente administrativas y no contenciosas, por ejemplo el registro de sindicatos. A cambio se pide de las Juntas que generen una mucho mejor información sobre su actividad de manera que pueda evaluarse su desempeño de manera periódica, objetiva y pública.
Más allá de estas cuestiones, el modelo original de la justicia laboral ponía un fuerte énfasis en la conciliación y en el reconocimiento de la desigualdad que de hecho existe entre trabajadores y patrones. Hoy esto es aún un buen deseo. Por ello resulta necesario avanzar en la ruta que ya marca la reforma laboral para generar auténticos procedimientos de conciliación y mediación que de manera expedita resuelvan los conflictos. Ello requiere de la formación de recursos humanos especializados en esta función de los que hoy carecemos.
Las conclusiones preliminares de los foros estarán próximamente disponibles en la página y podrán ser consultadas, comentadas y enriquecidas. Es una tarea abierta que se prolongará durante las próximas semanas. Tenemos que conseguir propuestas bien diseñadas y articuladas que puedan tener un efecto directo en el acceso y la calidad de la justicia de los trabajadores. La reforma integral y completa del sistema es una discusión necesaria, pero no tenemos que esperar el modelo perfecto, podemos empezar por mover las primeras piedras.