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El debate público

La CDMX tiene su programa de reconstrucción

 

 

 

 

 

 

Ricardo Becerra

La Crónica

14/01/2017

Once directrices, 6 etapas, 45 programas. Esta numeralia ¿dice algo sustantivo del Plan de Reconstrucción de la Ciudad de México? Por supuesto que no, pero es una manera de ordenar las cosas.

Las directrices son los principios, los mandamientos, a lo largo de toda la reconstrucción. Las etapas definen la naturaleza del momento -semanas y meses- luego del sismo en la Ciudad de México en cada delegación, en cada colonia y cada predio; y los programas son las acciones concretas que se obliga a cumplir el propio Gobierno, el menú de ayuda que ofrece para víctimas, damnificados y afectados. No obstante ¿hay otra manera de explicarlo?

Si: el Programa para la Reconstrucción –presentado públicamente y entregado el viernes al doctor Mancera, Jefe de Gobierno- es un documento que trata de alejarse de dos posturas irracionales: la tecnocrática (no hay más que una opción, la mía) y la populista (no existe, en ninguna parte, ninguna restricción). Por el contrario: el Programa es un menú, un abanico de opciones para que los afectados puedan acceder a distintos tipos de ayuda y asistencia, en función de sus posibilidades y en función de la pérdida que sufrieron. Un programa que ante la limitación de recursos, procura dar más a quien más lo necesita, independientemente de la zona en la que vivan.

El Programa responde a tres evidencias del tamaño de una catedral: el daño provocado por el sismo es grande, aquí no hay una “zona cero” concentrada, sino que se extiende en una larga media luna, desde Tláhuac hasta la Gustavo A. Madero y un poco más allá. El sismo se ensañó con especial crudeza con las personas de la tercera edad; me atrevo a adelantar que cerca de la mitad de casas y departamentos destruidos son (eran) habitados por viejitos, lo que impone una severa coordenada a los tipos de ayuda que se deben instrumentar. Y finalmente: estas personas no viven confinadas en Iztapalapa o pasan la última etapa de su vida en las campiranas casonas de Tlalpan: están dispersas, lo mismo en Xochimilco que en la Condesa, en la Del Valle que en Lindavista. Si bien hay zonas especiales, muy afectadas, el problema fundamental es la gente, la nueva y ubicua pobreza urbana con nombre y apellido, presente en casi todas partes.

El programa no se cierra, sino que abre opciones, tratando de proponer salidas suficientes para cada etapa. ¿Ofrece todo a todos? Ojalá, pero no se puede. A cambio, ofrece recuperación de pertenencias rápidamente o la aceleración de la indemnización y el pago de seguros a los afectados por el sismo. Otorgar dictámenes de daños más rápidamente y que los planos de construcción –cuidados por el Archivo General- sean entregados con mucha mayor rapidez.

¿No habrá subsidio total, pago a fondo perdido? Claro que lo habrá, pero dependerá de las condiciones de cada afectado, especialmente en el caso de quienes habitaban una vivienda rural o de quienes poseían una vivienda precaria.

¿Habrá créditos para recuperar su casa? Obviamente, y los tomarán quienes tengan prisa y estén en condiciones de solventarlo. Pero también habrá créditos blandos, más blandos, para volver a construir o para reparar la casa.

¿Ayudará el gobierno a estudiar las condiciones de un predio para volver a construir? Claro que sí. ¿Tendrá cada casa, cada predio, cada lote, un dictamen técnico de parte de sus autoridades? También: todo es cuestión de coordinación y buena comunicación. Lo mismo en asesoría jurídica que ingenieril.

El Programa de Reconstrucción define lo que puede hacer el gobierno y en todo aquello que se obliga a ayudar… por el momento. No es un Programa rígido, sino que se irá ajustando, modulando, con la evolución misma de los trabajos y los días.

Y hay medidas de futuro: planes para la recuperación del empleo en zonas definidas; la verificación pre-sísmica de los edificios estratégicos de la Ciudad; estudio de las zonas en donde –necias- reaparecen grietas del subsuelo y cómo manejarlas; la transparencia de los recursos implicados en toda, absolutamente toda, esta operación; medidas para fortalecer el grave problema del hundimiento de la Ciudad; modernizar radicalmente su red hidráulica, y un largo etcétera que puede ser consultado en esta dirección:

Haz clic para acceder a 5a59519f3f047556008364.pdf

Sobre todo hacer, actuar, atender todos los días, sin prisa pero sin pausa. Un buen número de acciones extraordinarias, para esta, nuestra situación extraordinaria heredada por la sacudida trágica del 19 de septiembre.