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El debate público

La pérdida del cerezo

María Marván Laborde

Excélsior

02/03/2017

Entre enojo y una gran división interna, la sociedad estadunidense se enfrenta a una realidad que no sólo les es ajena, le causa una gran incomodidad. El inquilino de la Casa Blanca, propenso a falsear la realidad ha generado tal indignación que hoy hay un auténtico reclamo social por la verdad. El periódico The New York Times lanzó un anuncio durante la presentación de los Oscar:  “La verdad es que nuestra nación está más dividida que nunca” y a partir de ahí alterna frases dichas por Trump o sus seguidores con frases de quienes le han mostrado resistencia. El anuncio concluye con tres aseveraciones: “La verdad es difícil de encontrar. La verdad es difícil de conocer. La verdad es más importante que nunca”.

Por su parte, el sitio electrónico de noticias Huffington Post (www.huffingtonpost.com.mx) decidió no llevar la cuenta de los primeros cien días de gobierno de Trump, en lugar de ello, da cuenta de las primeras cien mentiras del Presidente y su equipo.  De cada una de ellas nos ofrece fecha, circunstancia y lugar donde se dijeron las mentiras, falsedades, exageraciones o, simplemente, afirmaciones que carecen de sustento.

Hay algunas mentiras que por bobas ni siquiera merecerían ser tomadas en cuenta, pero que reflejan la necesidad de presentar la realidad desde la óptica del Presidente. No concede ningún valor a la evidencia, para él los hechos suceden en su imaginación y eso le basta. A partir de ahí construye sus programas y lanza decretos que sí trastocan al mundo.

Cayó por su propio peso la afirmación de que jamás había habido mayor concurrencia en una ceremonia inaugural que en la del pasado 20 de enero. Afirmó, innecesariamente, que había dejado de llover tan pronto como él había comenzado ha hablar, en realidad a lo largo de todo su discurso pudimos ver a través de la televisión la menuda llovizna que no paraba.

El vocero de la Casa Blanca actúa conforme a la tónica impuesta en la política. En una rueda de prensa del 25 de enero afirmó que Trump era el presidente republicano electo con el número más alto de votos electorales desde Ronald Reagan, cuando en realidad, George W.Bush fue electo con 426 votos y Trump con 304.

Hay afirmaciones sin sustento que son mentiras mucho más peligrosas, como por ejemplo, decir que durante el último discurso del presidente Obama en Chicago había habido dos heridos de bala, evento que jamás sucedió. Justifica la embestida contra los migrantes mexicanos indocumentados aseverando que ocasionan un costo fiscal que no hay manera de sostener con números.

En un embate sin precedentes en contra de los medios, ha puesto en riesgo hasta la primera enmienda. Incómodo frente a la actitud crítica de medios y reporteros, Sean Spicer negó la entrada a una rueda de prensa a The New York Times, BuzzFeed News, CNN, The Los Angeles Times, Politico, la BBC y The Huffington Post. Otros no entraron como símbolo de protesta y en solidaridad con sus colegas.

Frente a los hechos reales, él construye hechos alternativos que le sientan mejor. Propaga noticias falsas (fake news) inventadas con la clara intención de engañar al público, ofrece al público versiones de una realidad simulada para justificar sus decisiones.

El hacha del niño-adolescente George Washington que derribó el cerezo, árbol consentido de su padre, sirvió como instrumento en la creación de un mito que reivindicó al primer presidente de los Estados Unidos como digno fundador de la patria por haber tenido el valor de decir la verdad. Para la sociedad estadunidense la verdad está en el corazón del pacto social y la mentira, aunque exista, es rechazada por la sociedad y condenada políticamente porque amenaza el ethos mismo que legitima a la autoridad.

Los estadunidenses celosamente han resguardado la defensa de la verdad y la libertad de prensa como valores esenciales de su gobierno. Los gobernantes se reivindican en la honestidad y la ciudadanía exige a través de la prensa, reclama que lo dicho se sostenga en hechos y cifras que confrontan a diario. Si Washington taló el cerezo, Trump lo ha incendiado.