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El debate público

‘Rebelión en la granja’

José Woldenberg

Reforma

22/09/2016

A la memoria de Eduardo Honey, maestro y compañero.

El resbalón de López Obrador puso por unos minutos a Rebelión en la granja en el centro de la atención pública (bueno, no exageremos, en el centro de una franjita de la opinión pública). Presentada en 1945 a manera de alegoría de la Unión Soviética, como muchos han recordado, es el relato de una revuelta triunfante que desemboca en una cruel dictadura. Pero creo que lo más ilustrativo, pedagógico y panfletario de la fábula de Orwell es el cómo se llega a ello.

1. Simplificando lo que es complejo. En el origen la rebelión tiene un ideario de 7 mandamientos. «Pero se descubrió que los más torpes…no podían memorizarlos… (Se) resolvió que los 7 Mandamientos podían resumirse en uno: ‘¡Cuatro patas sí, dos pies no!'». (Sobra decir que era una rebelión de los animales contra un granjero, contra los hombres).

2. La rebelión coloca a los cerdos en los cargos de dirección. «Nosotros, los cerdos, trabajamos con el cerebro. Somos los responsables de toda la administración y coordinación de esta granja. Día y noche velamos por su felicidad», por lo cual empiezan a gozar de privilegios.

3. Una invasión de los rancheros, intentando recuperar la granja, arroja algún herido, que unos piensan muerto. Pero antes de que el abatimiento se apodere de los animales, Snowball -uno de los líderes cerdos- proclama: «Nada de sensiblerías camarada. La guerra es la guerra. El único ser humano generoso es el que ha muerto». Los fines justifican todos los medios.

4. La batalla también da inicio al culto al líder. Se crea la condecoración militar «Héroe Animal, de Primer Grado».

5. Se produce una pugna en la cúpula. Los dos dirigentes principales (Snowball y Napoleón) cuentan con partidarios, pero Napoleón saldrá triunfante, porque se ha encargado de educar a los cachorros de los perros que se convierten en su fuerza represora. Snowball huye de la granja y sus seguidores o presuntos seguidores son reprimidos sin piedad.

6. La nueva consigna es entonces: «Disciplina camaradas, disciplina férrea». Se suspenden las asambleas y se establece que las órdenes saldrán de la dirección. «Si el camarada Napoleón lo dice, debe ser verdad».

7. Se crea el trabajo voluntario, obligatorio.

8. Se reescribe la historia. Snowball, quien había sido el héroe de la batalla contra la invasión de los granjeros, se convierte, en la versión oficial, en un agente de aquellos.

9. Si los mandamientos originales no pueden ser cumplidos, se les retoca para hacerlos compatibles con las nuevas realidades. Si antes la máxima decía: «Ningún animal dormirá en una cama», ahora que los cerdos duermen en ellas, se agrega «con sábanas».

10. La granja sufre diferentes calamidades. Y ante la zozobra de los animales se construye un chivo expiatorio: Snowball, el traidor, conspira y es el responsable de todas las desgracias.

11. Las ovejas, que son las más crédulas, cuando existen pequeños brotes de inconformidad, son las que se encargan de repetir maquinalmente las consignas: «Cuatro patas sí, dos pies no».

12. El cemento que cohesiona a la comunidad es el enemigo externo. «Los egoístas seres humanos se alegrarían» con el fracaso y a ello apuestan. Ese acoso (real o ficticio) alimenta el orgullo y refuerza el sentido de dignidad.

13. Como el mundo exterior miente sobre su situación, ellos se sienten legitimados para mentir también: inventan cifras y estadísticas, difunden que viven en un mundo de ensueño.

14. Para esto último requieren compañeros de viaje. Humanos que propaguen sus progresos, que canten sus glorias.

15. Los brotes de resistencia son aniquilados. «Napoleón actuó sin misericordia. Ordenó… (que cualquier animal que cooperara con los disidentes) sería penado con la muerte». Era el inicio de un régimen de terror. Si antes el mandamiento era: «Ningún animal matará a otro animal», ahora se le añade, «sin motivo».

16. El pasado es utilizado para legitimar el presente, sobre todo con la nueva generación. «Peor había sido en los viejos tiempos…En aquellos días fueron esclavos y ahora gozaban de libertad».

17. Y cuando la dictadura es más férrea, los cerdos empiezan a caminar en sus dos patas traseras. Ahora el slogan será: «¡Cuatro patas sí, dos patas mejor!». El sueño ha terminado. Hay un solo mandamiento: «Todos los animales son iguales. Pero algunos animales son más iguales que otros».