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El debate público

Un peso por año

Ricardo Becerra

La Crónica 

30/04/2017

 

La sonrisa del secretario del ramo era notoria, exhultante, mientras el Presidente de la República hacía una alocución acerca de su política laboral (y salarial). Fue el pasado 7 de marzo, que el mandatario hizo esta aseveración:
“Hemos tenido una recuperación, por primera vez en muchas décadas, del salario mínimo que perciben los trabajadores. Déjenme hacerles un recuento rápido. De 1976 a 1999, de acuerdo al Banco de México, el salario mínimo real tuvo una pérdida acumulada de 75 por ciento. Del año 2000 al 2012, el salario real tuvo un aumento marginal, tuvo una recuperación marginal de 2.4 por ciento”. “En lo que lleva esta Administración, de acuerdo al propio Banco de México, el salario mínimo ha tenido una recuperación de poder de compra de 13.5 por ciento.” Ver

http://alcanzandoelconocimiento.com/al/archivos/16312

¿Tiene razón el Presidente? Por desgracia, sólo en parte.
Tiene razón cuando dice que el salario mínimo ha sufrido una dramática caída ¡de 75 por ciento! de 40 años para acá, jalando hacia abajo al resto de percepciones laborales, agrego yo.
Tiene razón el presidente Peña cuando dice que ha habido una recuperación real del salario mínimo en el país en lo que va de su sexenio, es decir, en estos último cuatro años… pero mucho, mucho menor al 13.5 por ciento esgrimido. Veamos.
Es cierto que el salario mínimo creció 9 pesos en términos absolutos del 2013 al 2017, de allí el celebrado 13.5 por ciento de su discurso.
Pero, siempre un pero, en ese mismo periodo la inflación creció 15.7 por ciento, lo que diluye en automático el incremento al salario mínimo, tal y como gusta medirlo a los chicos de Banxico. Datos anualizados: en marzo de 2013 la inflación anduvo en el 4.3 por ciento; 3.8 en 2014; 3.1 en 2015; 2.6 en 2016 y un 5.4 en 2017. Si suman esos porcentajes y los contrastan con los porcentajes de aumento al salario mínimo verán que éste sale perdiendo.
Pero los invito a ver las cosas de otra manera: supongamos que México es un país civilizado y desea crecer al lado de un mercado laboral formal, decente. Entonces eso salarios deberían tener el poder de compra para adquirir —al menos— una canasta alimentaria. Si usáramos este parámetro las cosas se verían así.
Cuando entró en funciones, el primer año de Gobierno, existía una brecha de 17 pesos entre lo que gana un trabajador y lo que cuesta dar de comer, desayunar y cenar a dos personas, ni siquiera a una familia típica (de cuatro).
Para este año, y antes del gasolinazo de enero, esa brecha se había cerrado ¡bravo! pero sólo un poco, pues en este país el salario mínimo —el de 2017— aún no alcanza para que un trabajador que gana el mínimo pueda comprar los alimentos para él y un hijo: aún faltan 12.4 pesos para llegar a tal nivel que, subrayo, es literalmente mínimo (sólo para comer, como si no hubiera necesidades de transporte, luz, agua, escuela, etcétera).
¿Qué quiere decir esto, sin engañarnos? Pues lo escribió el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México en una misiva enviada hace un par de días al secretario del Trabajo, Navarrete Prida: en la actual administración federal el salario mínimo ha ganado a la inflación en los alimentos, pero sólo un peso, cada año. De faltar 17 a faltar 12 pesos.
Y lo peor es que este año, turbio y lleno de temblores (cortesía de la Casa Blanca); este año en el que se liberarán en definitiva los precios de los combustibles con nuevas alzas previsibles en un montón de precios adicionales, —de no hacerse nada— el rezago del salario mínimo será aún peor que al inicio de la administración.
Esto ya es bastante imperdonable, después de tres años en que se ha demostrado la necesidad económica y la urgencia social de incrementar los salarios. Por eso el Presidente debe recibir buena información, para poder comunicarla bien. Es la primera condición para sacar de su obstinada burbuja a los que siguen decidiendo el ingreso de los trabajadores pobres con cuentas alegres basadas en medias verdades.
Al menos no celebren la agónica trayectoria de un peso cada año.