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El debate público

La obra de teatro que no fue

José Woldenberg

El Universal

15/09/2020

Solidaridad con Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze

Veámoslo como si fuera una humilde obra de teatro:

Primer acto. México rebasó los 70 mil muertos por Covid y han sido contagiadas más de 660 mil personas (cifras oficiales). Muerte, dolor y zozobra acompañan la vida diaria de innumerables familias. La pandemia, además, como catalizador, ha multiplicado el número de empresas de todos tamaños cerradas o disminuidas, los trabajadores que perdieron su puesto, el decrecimiento de los ingresos de un sinnúmero de personas y en muchos casos la precarización de las condiciones de trabajo. Un primer acto que solo puede generar preocupación porque afecta a millones.

Segundo acto. Cinco exsecretarios y una exsecretaria de Salud dan a conocer un balance de la pandemia y su gestión y proponen una serie de medidas para atemperar su impacto. No se trata de una proclama sino de una reflexión que acude a otras experiencias para intentar extraer lecciones que pueden ser útiles. Un documento que en principio puede embarnecer nuestra comprensión de la pandemia acompañada de recomendaciones que hasta donde alcanzo a ver no pueden hacer daño.

Tercer acto y final. Sin haber leído el documento, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell respondió: “habrá que ver si los exsecretarios tienen alguna vinculación política, ninguna vinculación empresarial, por ejemplo, en comercialización de medicamentos” y con sorna los invitó a patentar “su fórmula”. Otra vez, lo que parece ser el sello de los tiempos, descalificaciones ad hominem y evasión de los argumentos y las evidencias.

¿Cómo se llamó la obra? La tontería y la soberbia no solo son malas consejeras, y cuando se instalan en el gobierno afectan a millones.

Pensemos en un desenlace alternativo: Primer acto. Igual.

Segundo acto. Igual.

Tercer acto. El subsecretario responde (o mejor aún el secretario o mejor aún el presidente). Varias opciones: A) Leeré con detalle el documento y evaluaremos su pertinencia. B) Invitaré a los exsecretarios a una reunión para intercambiar experiencias e información y a lo mejor logramos fortalecer lo que hemos venido haciendo. C) Documentos como ese enriquecen nuestra comprensión de lo que estamos viviendo y como la pandemia ha impactado la marcha de nuestra economía y está teniendo repercusiones sociales incluso ampliaremos al número de convocados para generar una deliberación que ayude al país a salir lo mejor posible del brete en el que nos encontramos.

“A” puede ser un “avión” o un primer paso para tender un puente. “B” asume que en una situación tan delicada como la actual nunca está de más escuchar e intercambiar opiniones diferentes de las cuales el primer beneficiado puede ser el propio gobierno. Y “C” sería la respuesta de un estadista que quiere sumar fuerzas y conocimientos para atender una pandemia cuyos estragos están a la vista. Pero además el subsecretario hubiese aparecido como alguien cuyo deseo es atajar los males y no como un “grillito cantor” tratando tontamente de llevar agua a su pequeño molino.

¿Cómo se hubiese podido llamar esa obra alternativa?

El país atraviesa por una crisis conjugada de salud y económica. Pero se agrava por la prepotencia, insensibilidad y pequeñez de quienes tienen el encargo de atenderla. Son tiempos difíciles, pero cuando el desprecio al conocimiento, a la experiencia, a otras visiones preside el comportamiento del gobierno, los problemas no pueden sino multiplicarse.